Las pruebas radiológicas: La discografía
Qué es
Consiste en la inyección de una sustancia en el interior de la
envuelta fibrosa del disco, donde se halla el núcleo pulposo. Esa
sustancia ("contraste") no permite pasar los Rayos X. Una vez inyectada,
se hace una radiografía
convencional, que muestra la distribución del contraste
en el interior del disco. Si existe una fisura en la envuelta fibrosa
del disco, ésta se rellena de líquido y la radiografía
la detecta.
Qué permite
La discografía permite determinar si la envuelta fibrosa del disco
está íntegra o, por el contrario, tiene fisuras o roturas. En los
casos en los que el dolor de espalda se debe a una fisura de la
envuelta fibrosa, la inyección de contraste puede provocar el mismo
dolor que sufre el paciente habitualmente.
Riesgos
La discografía puede doler. Además existe un riesgo, aunque mínimo,
de alergia al contraste, así como de irritación o infección
del disco ("discitis").
Actualmente, la discografía se usa en pacientes crónicos para provocar el dolor,
y así confirmar que éste es debido a una fisura discal, que
para ver la fisura misma, puesto que muchas de éstas no causan ningún
problema.
Su uso sólo tiene sentido en aquellos casos en los que se sospecha
que una fisura discal sea la causa del dolor y éste sea tan intenso,
frecuente y resistente a los tratamientos conservadores que parezca
necesario realizar algún tipo de operación
quirúrgica, como la colocación de una prótesis de núcleo pulposo.
En este caso, la discografía se usa para confirmar la existencia
de la fisura y, sobre todo, para comprobar si la prueba desencadena
el dolor típico en el paciente, lo que sugeriría que aquél se debe
realmente a la fisura discal y que, por tanto, podría tener sentido
operar. |