Adictos al ordenador
El uso ocasional del ordenador no supone ningún
riesgo especial para la espalda, especialmente si el usuario tiene
una buena musculatura y cumple con las normas de higiene postural
aplicables.
A la inversa, el uso prolongado del ordenador puede
aumentar el riesgo de padecer dolencias de la espalda porque puede
incitar a adoptar posturas incorrectas y conllevar sedentarismo.
Pero incluso en esos casos se pueden tomar medidas
simples y eficaces para compensar esos riesgos.
¿Qué podría aumentar el riesgo de dolor de espalda entre quienes usan habitualmente ordenadores?
Varios factores pueden aumentarlo:
- La postura. Al estar sentado, el disco intervertebral sufre más carga en su posición anterior. Como el disco es flexible, eso tiende a aumentar la presión sobre su pared posterior, por lo que el mantenimiento constante de esa postura puede aumentar el riesgo de que ésta se rompa o deforme y aparezca una fisura, protrusión o hernia discal. Por otra parte, si la posición de la pantalla es inapropiada, o no existe la proporción adecuada entre la altura de la silla y la de la mesa, es más fácil que se sobrecargue la musculatura cervical. Esos potenciales riesgos son mayores cuanto más tiempo se mantiene la sedestación, más incorrecta es la postura, y menos potente y resistente es la musculatura.
- La mala higiene postural. Al trabajar con el ordenador, es muy frecuente adoptar posturas incorrectas, que aumentan innecesariamente la presión sobre el disco intervertebral, lo que a la larga puede facilitar que aparezca una fisura, protrusión o hernia discal e incrementan la fuerza que debe hacer la musculatura lumbar y sobre todo cervical, lo que puede provocar su contractura. La lesión del disco o la contractura de la musculatura son menos probables si se adoptan posturas correctas y si la musculatura es potente y está entrenada.
- La falta de actividad física. En condiciones normales, los distintos grupos musculares que participan en el funcionamiento de la espalda, como los abdominales y la musculatura paravertebral, lumbar, dorsal y cervical, se coordinan entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio en movimiento. Esta coordinación depende de reflejos nerviosos que, para funcionar correctamente, necesitan repetirse. La inactividad física disminuye ese entrenamiento y empeora esos reflejos, haciendo que la musculatura se contraiga inadecuadamente o a destiempo, lo que facilita su contractura.
żEl dolor de espalda puede tener consecuencias negativas para
los usuarios del ordenador?
Sí; esencialmente su cronificación y secuelas
laborales.
Si aparece dolor de espalda y no se adoptan las
medidas necesarias para evitar los riesgos que supone la adicción
al ordenador, el dolor puede cronificarse. Una vez que esto ocurre,
un mecanismo neurológico hace que sea más difícil tratarlo. De hecho,
la duración del dolor ha demostrado ser uno de los factores
que aumenta el riesgo de que perdure; cuanto más tiempo se haya mantenido el dolor, más probable es que se perpetúe y más difícil es tratarlo.
Por otra parte, si los trabajadores que usan prolongadamente el ordenador no adoptan las medidas necesarias para prevenir el dolor de espalda, las crisis pueden irse repitiendo, cada vez de manera más fácil o duradera, hasta limitar su capacidad laboral. En este caso, es fácil que aparezcan creencias y actitudes ante el dolor que han demostrado aumentar el riesgo de prolongar el dolor y la incapacidad física, e incrementar el riesgo de que persistan secuelas laborales. Estas creencias y actitudes son:
- Creer equivocadamente que el dolor de cuello o espalda refleja siempre una lesión grave o persistente
- Desarrollar una actitud
ante el dolor contraproducente que se caracteriza por:
- La catastrofización del dolor, al asumir
que el dolor va a persistir indefinidamente y siempre va a limitar
la capacidad y calidad de vida.
- El miedo al dolor y la limitación de
la actividad para evitarlo, abusando de la medicación sintomática
y dejando de hacer las tareas que provocan el más mínimo aumento
del dolor o, incluso las que, aún sin provocarlo, el sujeto cree
que pueden causarlo.
- La escasa confianza en su propia capacidad para controlar el dolor, y la transferencia de esa responsabilidad a terceros -médicos u otros profesionales sanitarios, compañeros o responsables en el trabajo, familiares, etc.-.
- Disminuir la actividad física,
- Tener un bajo estado de ánimo,
- Tener una mala relación con su entorno
y empresa,
- Confiar más en los tratamientos pasivos
que en aquellos en los que sea necesaria su participación
activa, como el ejercicio físico.

Qué hacer para prevenir o tratar el dolor de espalda en los adictos
al ordenador.
Varias medidas son eficaces para prevenir el dolor
de espalda entre los usuarios de ordenadores:
- Cambiar de postura y moverse periódicamente. El mantenimiento de la misma postura, especialmente si obliga a un músculo a estar constantemente contraído, facilita su contractura. Conviene cambiar periódicamente de postura y moverse cada cierto tiempo, aunque sólo sea andar unos pocos minutos.
- Mantener un mínimo grado de actividad física.
Puede ser tan sencillo como acostumbrarse a ir andando en algunos
desplazamientos cotidianos, en vez de ir constantemente sentado
en coche, autobús o metro, o subir cada día algunos pisos a pie,
en vez de usar siempre el ascensor. Si es posible, es todavía mejor
practicar algunos deportes aeróbicos, como correr o nadar. 20 ó
30 minutos a días alternos ya comienzan a marcar una diferencia
apreciable. Si va a iniciar la práctica habitual de un deporte,
es conveniente que consulte antes a un médico para valorar su situación
general y que cumpla con las normas
de higiene postural en el deporte que permiten hacer casi cualquiera
de ellos reduciendo el riesgo para su espalda.
- Conocer y cumplir las normas
de higiene postural al estar sentado que le enseñan cómo estar
sentado y trabajar en esa postura de la forma más correcta y segura
para su espalda. En un usuario habitual del ordenador, eso también
conlleva, aproximadamente cada 45 ó 50 minutos, levantarse un momento
y dar unos pasos o arquearse suavemente hacia atrás.
- Mantener o desarrollar la musculatura de la
espalda. Si se practican correcta y asiduamente, algunos ejercicios
aeróbicos, como la natación, pueden ser suficientes para mantener
en buen estado la musculatura de la espalda y el estado físico general.
Los programas de ejercicios específicos para la musculatura de la
espalda, sólo son eficaces sobre esos grupos musculares y no sobre
el estado general, pero requieren menos tiempo y se pueden alternar
con ejercicios aeróbicos cuando las disponibilidades de tiempo lo
permiten. En una sección de este Web se muestran los ejercicios
eficaces con ese fin.
Si el dolor aparece, hay que aplicar el tratamiento indicado.
En una sección de este Web se indican todos los tratamientos
que existen para el dolor de espalda, y en otra sección, las
pautas de tratamiento que combinan las medidas que han demostrado
ser eficaces.
|